El Real Monasterio de Santa María del Puig fue Declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional (bien de interés cultural) en 1969. Está situado en el municipio de El Puig, en la comarca de la Huerta Norte de la Comunidad Valenciana, a solo 14 km de la ciudad de Valencia.
Se trata de un edificio religioso renacentista de influencia Herreriana, con cuatro torres como elementos defensivos. Fue fundado por voluntad del rey Jaime I el Conquistador en 1240. Su relevancia histórica viene por el hecho de que en este lugar se libró en 1237 la confrontación definitiva para la conquista de Valencia, la Batalla del Puig.
La fundación del monasterio se debe a la voluntad del rey Jaime I, ya que mientras se encontraba en la actual población de El Puig, preparando el asedio a la ciudad de Valencia, san Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced, encontró enterrada en la colina donde hoy se alza el monasterio y debajo de una campana, una imagen en forma de icono en piedra de la Virgen María. Considerando el rey este hallazgo como un hecho milagroso, proclamó a Santa María de El Puig como Patrona del reino de Valencia, mandando edificar un monasterio donde debía quedar custodiada la citada imagen y encargando a la Orden de la Merced la guardia perpetua del santuario. De esta fundación inicial que sería una sencilla capilla de Reconquista no queda ningún vestigio, a excepción de la portada de la iglesia actual, pero que no está en su ubicación original.
El uso del Monasterio ha variado a lo largo del tiempo, ya que ha sido: templo, prisión y escuela. Actualmente, una parte del edificio sigue siendo la residencia de la orden de los mercedarios y el resto de las dependencias son la sede de actos culturales y políticos.
En su interior se pueden visitar los claustros, el salón Real, de uso exclusivo de los monarcas españoles en sus visitas a Valencia, el salón Gótico de Jaume I, donde se puede admirar la reproducción de la espada del rey y una sección de facsímiles, y el Salón de la Cerámica con numerosas piezas de cerámica romanas, ibéricas, etc.